TARTESOS – Israel y Europa 1
Si nos planteamos la presencia del pueblo judío en Europa, veremos que solo existe la certeza de esa presencia a partir de un determinado momento histórico.
Sin embargo, ese instante, por sus peculiares circunstancias está proclamando a voces que no era el primero, que ya mucho antes de ese instante los judíos conocían la Península Ibérica y muy probablemente estaban ya instalados en ella. Pero no hay documentos. No se conservan restos.
No queda más opción que recurrir al Gran Documento, a la Tora, y buscar en ella lo que la arqueología y la epigrafía nos esconden todavía. ¿Y qué encontramos en el Libro?:
Génesis 10,7: Hijos de Cus, Seba, Evila, Sabta, Rama y Sabteca.
Hijos de Rama: Seba y Dadan.
Se trata de la genealogía de Can. Y no han faltado autores que haciendo una lógica identificación entre el término persona y el término pueblo hayan planteado la posibilidad de que Sabta sea la ciudad de Ceuta y que Evila sea una forma arcaica de Ávila.
La interpretación no es descabellada, porque tanto la plaza africana como la ciudad amurallada de Castilla son enclaves con tradición proto – histórica segura.
Ahora bien, si nos vamos a épocas anteriores de la España Medieval en la que aún se vivía en una cierta convivencia y buscamos en la Crónica General de Alfonso X de Castilla, nos encontramos en ella, al quinto hijo de JAFET, que es THUBAL, como ascendiente de los españoles.
La geografía y la etnografía se esbozan de una forma no muy rígida, pero se da una lista de personajes regios.
Los tres Hércules pueden encontrarse ya entre ellos.
Hércules Libio, mata al rey de Gerión, gigante tirano, y vence a Caco, un rey que dominaba a Celtiberos, Carpetanos y otros pueblos.
Hércules Libio realiza muchos asentamientos y hace Señor o Rey a su sobrino Span, que dio nombre a Spannan, antes Hesperia.
A Espan le sucederá Pirus, su yerno.
Don Ramón Menéndez Pidal en su edición de la Crónica, señala su dependencia con bastantes pasajes de la obra, entre ellos los relativos a Hércules, Gerión y Caco.
Los reyes Pirus y Rocas arrancan de otras fuentes desconocidas, probablemente árabes.
Pero las destrucciones y las falsificaciones son las que nos llevan siempre, una y otra vez a la noche de los tiempos.
Pero sigamos con los Profetas.
Jeremías 10,9: Plata laminada venida de Tarsis.
Tarsos se identifica con seguridad con el Imperio de Tartessos, un estado que ha mantenido a través de los tiempos el misterio de su exacto emplazamiento geográfico. La zona donde se encontraba, esto sí, parece indudable, puede localizarse en la costa atlántica andaluza.
En cualquier caso, hay una referencia clara a un remoto comercio entre el creciente fértil y el misterioso reino andaluz anterior a la historia conocida. Comercio es contacto. Contacto comercial se identifica fácilmente con la realidad de uno o varios centros mercantiles.
Pudo muy bien haber judíos en Tartessos.
Ezequiel 27, 12-14: Los de Tarsis traficaban en gran abundancia con productos. de toda suerte: De plata, estaño y plomo y pagaban sus mercancías con trigo.
Jaban, Tuval, Mesea comerciaban también con trigo y cambiaban sus mercancías por esclavos y objetos de bronce.
Los de la casa de Togorma (hijo de Gomer y nieto del patriarca Noé) pagaban sus mercancías con caballos de tiro, corceles y mulos.
Ezequiel 27,25: Las naves de Tarsis eran las caravanas que traían sus mercancías.
Así, la existencia del Reino de Tartessos y el comercio con él, del pueblo judío se confirma.
Era un momento crucial en la historia de Oriente mediterránea. Un momento histórico en el que la necesidad del bronce como materia prima era fundamental.
El bronce en tanto que aleación metálica se compone de cobre y estaño. El cobre era fácil de hallar en los yacimientos mineros de Oriente; el estaño se producía sólo en las inmediaciones de las costas atlánticas europeas, en las Casiterides, identificadas por los historiadores con las Islas Británicas y en las costas gallegas.
Ese estaño descendía a Tartessos por la que aún hoy es conocida como la Ruta de la Plata, a parte de las incursiones marítimas de las naves fenicias.
Los judíos representantes del reino de Israel pudieron muy bien poseer factorías, muelles comerciales y colonias en las inmediaciones del Estrecho de Gibraltar, en los mismos enclaves fenicios o en puntos de su vecindad.
Recordando a Abdías, 20: OVADIA
Y los cautivos de ese ejército de los hijos de Israel/ ocuparán el país de los Cananeos hasta Serepta/ y los cautivos de Jerusalén que están en SEFARAD / ocuparán las ciudades del Mediodía.
Primera referencia concreta (unos setecientos años antes de la era común) a Sefarad el nombre por el que los judíos conocimos a la Península en tanto que unidad territorial durante nuestra larga estadía y que conservamos celosamente como nombre propio y exclusivo tanto los exiliados que se esparcieron por Europa y el Oriente Mediterráneo después de los edictos de expulsión dictados en Castilla y Aragón (1492) y Portugal (1497), sefardíes, como los que pasaron al norte de África, así como los que aquí permanecimos, y todos los que aquí estamos en la actualidad.
Sefarad es ya un hecho tangible en el texto del profeta Abdías, una prueba definitiva de la presencia en España de los judíos. Y no ya formando parte de colonias mercantiles sino como habitantes afincados en el suelo peninsular.
Si dejamos el tema de los profetas para basarnos en la tradición y los primeros historiadores nos encontramos con hechos curiosos:
En la costa gallega apenas a 34 Km. de Santiago nos encontramos con Noia.
La leyenda del escudo municipal dice que este es el lugar donde se detuvo el ARCA después del DILUVIO, exactamente sobre el monte Barbanza que domina la ciudad.
Hay otros muchos lugares en la Península que se disputan esta, vamos a llamar, paternidad.
Por otro lado, la isla canaria de la Gomera, debe su nombre a Gomer, uno de los hijos de Jafet. Y en Asturias hay un importante resto prehistórico a la vista de cualquier curioso, que proclama también con su nombre una tradición bíblica. En la carretera nacional 634 en el pueblo de Vidiago, allí se encuentra una figura de Peña, neolítica, con grabados que no ha sido posible descifrar y que debe representar a Tubal, otro de los hijos de Jafet y nieto de Noé.
Toledo como ya sabemos todos es la vieja Toldot, que viene de Toledoth y que significa literalmente GENERACIONES.
No debería extrañarnos que Toledo durante la Alta Edad Media fuese llamada la segunda Jerusalén.
Existen cantidad de casos como los mencionados anteriormente, con respecto al origen de ciudades y en los que no vamos a detenernos.
El valenciano Escalano, a fines del siglo XVI reprodujo las transcripciones de unas lápidas descubiertas en Sagunto y que historiadores anteriores habían reflejado:
“Aquí yace Adon Hiram, recaudador de impuestos del rey Salomón y que murió el día…”.
Este es el sepulcro de Orán Nabach y que vivió hasta el tiempo del rey Amasias de Judea.
Mientras los historiadores rabínicos Aboab y Acosta se basan en Estrabón, quien a su vez se basaba en Negatostenes para datar una oleada judía a España en tiempos de Nabucodonosor.
A la realidad epigráfica no le queda otro remedio que ser mucho más modesta con las seguridades que puede aportar una carta de los judíos revelados en Israel contra Roma, pidiendo ayuda a los judíos de Sefarad. Unos cuarenta años antes de la era cristiana.
Un solo documento, pero suficiente para prever – hacia el pasado – que su existencia implica un asentamiento firme e influyente de judíos en la Península.
En el siglo II tenemos la prueba irrefutable de la lápida descubierta en Adra (Granada).
En el año 314 hay pruebas de persecuciones. En los datos que aporta el Concilio de Elvira (Granada) donde se prohíben los matrimonios mixtos entre judíos y católicos.
Si a la noche de los tiempos le sumamos lo expuesto, poco más tenemos, si no es en forma separada y en trozos aislados.
Las destrucciones y las falsificaciones, son las que nos llevan siempre una y otra vez a las noches de los tiempos. Y esto siempre se hizo para impedir que se pueda demostrar que somos anteriores a ellos en estas tierras.
Solo líneas de pensamiento que llevan a preguntas coherentes y lógicas, pero a las que cada uno ha de darles su propia explicación, es hasta ahora lo que realmente tenemos.
Un gran antropólogo cómo Julio Caro Baroja, que dedico muchas horas de su vida al estudio, llegó a la conclusión de que lo mejor que podía hacer era escribir un libro titulado: “Las falsificaciones de la Historia” y que recomendamos al lector.
Dedica gran parte de su libro a desmontar el falso Beroso, escrito en el siglo XV, por Giovani Nanni, un dominico italiano muy ligado a los poderes facticos españoles de la época.
Siempre el amor al propio lugar de nacimiento, unido al fervor religioso y a veces también a cierto orgullo genealógico, son factores que contribuyen a la creación y luego a la difusión de las falsificaciones.
Solo a lo largo del siglo XVIII de esta era, se va creando un sentido crítico general, que por otra parte ha hecho que nuestra idea de algunas obras antiguas quede algo alterada, porque al considerarlas como ficciones podemos incluirlas en un género novelesco que no es el que se les atribuyó en su época, en que se proponían como verdades históricas.
Hasta el siglo XVII, en que empieza a influir el falso Beroso, la gran mayoría de fuentes coinciden en indicar y resulta constante que fue THUBAL quien pobló España.
Ocurre, y Julio Caro Baroja lo indica claramente en su libro con las siguientes palabras:
“Llega un momento en que sobre los inseguros textos medievales se lleva a cabo la falsificación deliberada.
El que la realiza, siguiendo un ideal que se dibuja antes, pretende conciliar de modo decisivo, irrefutable, su “historia sagrada”, con la de los Babilonios, Asirios, egipcios, griegos y Romanos, y lo hace utilizando fuentes ya renacentistas que no podían haber usado los autores medievales, a quienes también conocía y que le sirven como trama básica en gran parte”.
Esta situación creada deliberadamente oscurece la historia de culturas que florecieron en este territorio, como la Sefardita. Principalmente esta ha sido motivo de continuada y deliberada falsificación, ya que es la que principalmente rompe con ese enlace Romano al que aludimos anteriormente.
Esta es una de las razones de la expulsión de 1492. Razón que también será utilizada en Centro Europa, durante la segunda guerra mundial (Recomendamos visitar el museo de Pérgamo en Berlín).
Sefarad rompe su continuidad. Por esto Roma acabará estableciendo un nuevo calendario y tratando de determinar una nueva continuidad con un nuevo origen, una nueva cuna, y ocurrirá con el nuevo calendario y con los Austrias.
Si las veces anteriores en que el mundo fue recreado: Noah con el diluvio y Abraham y los Patriarcas, más el Sinaí hasta la llegada a la tierra prometida, lo fueron por obra de D-s, esta vez fueron los romanos continuadores del Imperio y los Austrias, quienes se atribuyeron tal poder de decisión y hasta se arrogaron el poder de cambiar la historia y la medición del tiempo.
De ahí que las culturas que puedan representar una discontinuidad a su proceso refundacional del mundo, serán perseguidas, falsificadas y destruidas todas las veces que sean necesarias.
Una idea de lo que pudo ser lo encontramos en los primeros historiadores Romanos, pero antes que ellos Sefarad ya estaba predicha.
Los informes del otro lado del Mediterráneo, en el año 800 antes de la era común, año 3.000 de la creación del mundo, ya llegaban sin duda a los reinos de Judea e Israel.
La mayor fuente de agua dulce del mundo conocido, “el mar de Tetris”, nos llegará hasta hoy, por tradición familiar, con el nombre que los judíos de entonces le asignaron y que fue el de: “Lago Vitagan” (cuya traducción del hebreo es: Jardín del Edén).
Sin duda que las primeras expediciones judías a esta tierra ya habían comenzado entonces, antes de la destrucción del primer templo.
¿Es así como comenzó a surgir Sefarad?

Firmado: José Bañuelos
Fundador-Presidente grupo Bnei El